Si hacemos un análisis de nuestra composición corporal, sobre el 50 % del peso total corresponde a agua. Esto varía según edad y sexo: los adultos mayores tienen menor cantidad de agua y los bebes mucho más, cerca de un 60 a 65 %.
Efecto del agua en el cuerpo
Durante las actividades del día a día se pierde agua al hacer ejercicio, al transpirar, orinar y también cuando respiramos. El agua cumple una función vital para un buen funcionamiento de nuestro organismo, contribuyendo en la regulación de temperatura, proceso de filtración en los riñones, posibilita el transporte de nutrientes hacia las células, entre otros.
¿Qué pasa si no tomamos suficiente agua?
Mi recomendación es beber agua pura antes de sentir la necesidad, ya que al sentir sed es un indicio del proceso de deshidratación. Muchas veces los dolores de cabeza y la falta de concentración están asociados a la ingesta insuficiente de agua. Por otra parte, nos ayuda al manejo de la ansiedad, ya que, al consumir agua, permite un mayor control del apetito y de nuestra nutrición, al generar más saciedad.
¿Qué pasa si tomamos más agua de la que nuestro organismo necesita?
No cabe duda de que debemos tomar agua por el bien de nuestra salud, pero al hacerlo en exceso tiene efectos secundarios. Existe un trastorno que lleva a consumir entre 8 y 15 litros de agua al día, se conoce como “potomanía”.
La potomanía es un trastorno alimentario no especificado, que se define como el deseo de tomar grandes cantidades de agua, de manera compulsiva y sin que exista una sensación previa de sed. Al beber grandes cantidades de agua en espacios muy cortos de tiempo, los riñones no alcanzan a eliminar el exceso de líquido del organismo y la sangre se diluye generando una hiponatremia (bajas concentraciones de sodio en la sangre), pudiendo ser fatal.
El requerimiento de agua es diferente para todos
Para mantener el balance hídrico y cuidar nuestra salud debemos ingerir una cantidad de agua similar a la que eliminamos. Y en un adulto normal, sin patologías asociadas, se recomienda 1 ml por caloría requerida; o sea, si una persona tiene un requerimiento basal en su nutrición de 1500 kcal se recomienda que tome 1 ½ litros de agua.
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